Buenos Aires, 25 de noviembre 2022. El 29 de noviembre se conmemora el Día Internacional del Yaguareté, una fecha que busca celebrar y concientizar sobre la conservación de la especie. Es un motivo para poner en valor el importante rol que posee para el ambiente, el bienestar y la salud de los ecosistemas, y de las personas en las áreas donde habita.
El partido contra la extinción
“Ahora que estamos todas las personas pendientes del mundial, tenemos que entender que el yaguareté se está jugando un partido clave y decisivo, el de la extinción”, indicó Manuel Jaramillo, director general de la Fundación Vida Silvestre Argentina. Las amenazas que afectan al yaguareté son la deforestación y la pérdida de hábitat, la cacería y el atropellamiento de yaguaretés y otros animales. Actualmente en la Argentina, el hábitat del tigre criollo se redujo a las yungas (Salta y Jujuy), Misiones, la región del Chaco (Chaco, Formosa y Santiago del Estero) y Corrientes, donde fue re introducido.
Sin embargo, aún hay esperanzas de revertir la situación. En la selva misionera aún se conserva una población de alrededor de 90 individuos, en la región del Chaco se estima en 20 yaguaretés, al menos 120 en las yungas, mientras la especie ha sido re introducida con éxito en Corrientes. Es necesario que organizaciones, instituciones, el sector académico, gobiernos y la sociedad se sumen para revertir el resultado.
Originalmente, el yaguareté habitaba desde el norte de la Patagonia argentina hasta el sur de Estados Unidos. Debido a su amplia distribución geográfica, la misma especie es llamada de diversas formas según la cultura y región en que habitaba: yaguareté, el pintado, onça pintada, nahuel, tigre americano, jaguar, balam, entre otros. Sin embargo, su hábitat y por ende su población, se están reduciendo: En la Argentina quedan menos de 250 yaguaretés, habiéndose extinto en Uruguay y El Salvador.
Es el felino más grande de la región y el tercero a nivel mundial, después del tigre de bengala y el león. Es considerado una especie “indicadora” de la salud del ambiente, porque cumple una función importante en el mantenimiento de sistemas naturales que proveen de servicios ecosistémicos vitales para el bienestar de la naturaleza y las personas. Por ello, su conservación y la de su hábitat protegen indirectamente a otras especies de flora y fauna, y asegura una naturaleza sana para las personas.
Además, es un predador tope, es decir, que se encuentra en la cima de la pirámide alimenticia. Esta condición, sumado a que requiere grandes extensiones de territorio para vivir, hace que sea una especie muy sensible a las alteraciones del ecosistema, e incluso llega a ser el primero en desaparecer cuando el hábitat se deteriora. Debido a ello, y la importancia que cumple para el ambiente y las personas, se trabaja tanto en su conservación y recuperación.
¿Qué hace Fundación Vida Silvestre Argentina por su conservación?
La Fundación Vida Silvestre Argentina trabaja por la conservación del yaguareté en el Bosque Atlántico, que involucra la selva misionera y es la ecorregión que compartimos junto a WWF Brasil y WWF Paraguay hace más de 20 años. “En 2002 iniciamos nuestra colaboración con los científicos que permitieron conocer la cantidad de individuos de la especie presentes en el bosque atlántico, su rango de distribución y sus requerimientos y junto con otras organizaciones, comunidades y gobiernos trabajamos arduamente para aumentar la población de la especie. Mediante acciones de educación y extensión ambiental, de comunicación y apoyando a los guardaparques misioneros estamos haciendo frente a la cacería, uno de las principales problemáticas. A su vez, colaboramos en la resolución positiva de los casos de conflicto entre el yaguareté y las comunidades”, señaló Manuel Jaramillo.
“El apoyo y esfuerzos en conjunto, realizados con los investigadores del CONICET nucleados en el Proyecto Yaguareté, nos han permitido ajustar las estrategias de trabajo. Mediante los monitoreos periódicos que se realizan, podemos decir que a través del trabajo interinstitucional prácticamente logramos duplicar la cantidad de yaguaretés presentes en la selva misionera”, aseguró Jaramillo. “En 2005 los estudios reflejaban que la población había sufrido una drástica reducción y sólo quedaban alrededor de 40 individuos en Misiones y el Parque Nacional do Iguazú, de Brasil. En 2020, el mismo análisis demostró que la población aumento a 90 individuos aproximadamente. En la actualidad, hace unos meses junto a socios en Brasil y Paraguay, comenzamos un nuevo relevamiento con cámaras trampa en 250 estaciones en un radio de 500 mil hectáreas, en breve tendremos otra estimación poblacional que nos permitirá saber si nuestro trabajo sigue rindiendo frutos”, finalizó.
Vida Silvestre trabaja además en asegurar el hábitat del yaguareté, mediante apoyo con capacitación, equipamiento y nuevas tecnologías para la conservación a los parques provinciales. A su vez, realiza una fuerte promoción de las legislaciones vigentes para la conservación del bosque en propiedades privadas, así como en iniciativas de restauración de la selva misionera.
El trabajo con la comunidad es otro de los puntos fuertes de las acciones que Vida Silvestre realiza en Misiones. Un equipo especializado en extensión ambiental, en coordinación con el área de educación ambiental del Ministerio de Ecología, recorre y visita escuelas y centros comunitarios en diversos parajes y colonias del norte de Misiones. El apoyo de docentes es fundamental para desarrollar contenidos ambientales desde diversas expresiones del arte.